domingo, 24 de abril de 2016

Por el reconocimiento: Pichuante y los Bomberos.

Bienvenidos, mis queridos lectores, una vez más a la Bitácora Artística.

Es un honor y un placer estar acá nuevamente para poder escribirles.

En vista de que este blog ya lleva dos post acerca de arquitectura, decidí cambiar de disciplina. Me di a la tarea de escribir un artículo acerca de una obra escultórica.

La obra que elegí se llama Homenaje al Bombero, del escultor mapuche y mirandino conocido como Mauricio Pichuante.

El porqué de su nombre es algo intuitivo, pero no está de más agregarle información: Resulta que el año 2008 se le encargó al escultor realizar una obra que homenajee a los bomberos, específicamente a los de la Segunda Bomba de Lo Miranda, ubicada en la avenida Pedro Aguirre Cerda. El mismo año se realizó una emotiva ceremonia donde se dio a conocer el resultado final del pedido.


Sobre el autor, no se sabe mucho, de hecho, varios sitios de internet únicamente atribuyen el monumento a "un grupo de artesanos". La verdad, Pichuante nació el 18 de febrero de 1976. A los 7 años, instruido por su padre, descubrió y empezó a practicar la escultura, su gran pasión. Con él, aprendió a ver figuras en los troncos de los árboles. Se especializó en hacer esculturas de madera "por encargo" únicamente armado con su motosierra, definió un estilo frenético y espontáneo de trabajar, que, si bien, pueden fallar en ciertos detalles de prolijidad, para los más exigentes, lo compensa con efectividad y rapidez, guiado únicamente por su instinto. "Homenaje al bombero" es un perfecto ejemplo de esto.

En concreto, la creación muestra a dos bomberos de la segunda compañía sosteniendo una manguera, presumiblemente apagando un incendio. por razones que ya expliqué, los rostros inexpresivos y los cuerpos rígidos, representando la seriedad del asunto. Cabe mencionar, si es que no lo hice, que se encuentra justo al lado de la compañía, lo que complementa su propósito.


"Homenaje al Bombero" es una obra orgánica, y más aún, humana, pues hace un retrato emotivo y verosímil de los héroes de la vida real. Si tuviéramos que enumerar las veces que nos han salvado el pellejo, nos faltaría tiempo.

Ha sido, un verdadero privilegio poder dar a conocer esta obra y dar crédito a su autor. Mi conciudadano y cercano escultor, que, a falta de un gran apoyo, le pone a todo corazón. Gracias Pichuante.

Y gracias a ustedes por leerme. Como siempre, es un placer.

Dios les bendiga.

Rodrigo Jesús.

sábado, 9 de abril de 2016

Templo de Atenea Niké: Por algo sigue allí.

El templo de Atenea Niké comenzó a ser construido en el 421 A.C por los arquitectos Calcícretes e Ictino como una sub-construcción de los edificios de la Acrópolis. Su construcción tuvo como motivo principal conmemorar la victoria sobre los persas en la Batalla de Salamina (480 A.C)



Justamente la diosa reverenciada en el templo sería Atenea por ser la diosa de las batallas navales. Cabe mencionar que su escultura (ubicada en el centro de la construcción) está personificada sin alas para que no pudiera abandonar la ciudad.

Luego de la destrucción de Atenas por parte de los persas en el año 480 A.C. Pericles le encargó a los Arquitectos antes mencionados encargarse de la obra. Para aprovechar su poco espacio (Una colina dentro de Acrópolis de la cual se utilizó una extensión de 4 metros cuadrados, aporx. ) se empleó una arquitectura arquitrabada a base de columnas jónicas con el fin de sostener todo el peso del edificio sin recurrir a grandes extensiones del terreno (una altura de 8 metros). Sus dimensiones humanas le
dan un aire armonioso y esbelto.



En base a lo poco que conozco la obra, mi parte favorita del templo es sin duda el friso, el cual estaba decorado con una imagen de Atenea, Zeus y Poseidon ayudando a los griegos, en un intento por elevar la moral de la población la cual se encontraba sumida en la guerra del Peloponeso, conflicto que terminarían perdiendo.

Y es allí donde me quiero detener y concluir, Para los griegos, la construcción del templo en tiempos de crisis no fue una carga, sino una inversión: Sabiendo que la lucha contra los bárbaros sería casi imposible de ganar, decidieron concluir su maravilla arquitectónica considerándola un símbolo de fuerza y esperanza para sus ciudadanos.


¿Por qué no invertir esos recursos en armas y estrategias bélicas? Hay tantos aspectos que se nos ha olvidado rescatar de aquella civilización. Entre ellas está el orden de sus prioridades, producto de su infinita búsqueda de la sabiduría. Mas vale una población esperanzada que una masa violenta y frustrada.

Puede que hayan caído, pero por alguna razón me encuentro hoy aquí escribiendo sobre ellos, ¿no?

Soy Rodrigo Jesús, y es siempre un placer.

Dios les bendiga.