El templo de Atenea Niké comenzó a ser construido en el 421 A.C por los arquitectos Calcícretes e Ictino como una sub-construcción de los edificios de la Acrópolis. Su construcción tuvo como motivo principal conmemorar la victoria sobre los persas en la Batalla de Salamina (480 A.C)
Justamente la diosa reverenciada en el templo sería Atenea por ser la diosa de las batallas navales. Cabe mencionar que su escultura (ubicada en el centro de la construcción) está personificada sin alas para que no pudiera abandonar la ciudad.
Luego de la destrucción de Atenas por parte de los persas en el año 480 A.C. Pericles le encargó a los Arquitectos antes mencionados encargarse de la obra. Para aprovechar su poco espacio (Una colina dentro de Acrópolis de la cual se utilizó una extensión de 4 metros cuadrados, aporx. ) se empleó una arquitectura arquitrabada a base de columnas jónicas con el fin de sostener todo el peso del edificio sin recurrir a grandes extensiones del terreno (una altura de 8 metros). Sus dimensiones humanas le
dan un aire armonioso y esbelto.
En base a lo poco que conozco la obra, mi parte favorita del templo es sin duda el friso, el cual estaba decorado con una imagen de Atenea, Zeus y Poseidon ayudando a los griegos, en un intento por elevar la moral de la población la cual se encontraba sumida en la guerra del Peloponeso, conflicto que terminarían perdiendo.
Y es allí donde me quiero detener y concluir, Para los griegos, la construcción del templo en tiempos de crisis no fue una carga, sino una inversión: Sabiendo que la lucha contra los bárbaros sería casi imposible de ganar, decidieron concluir su maravilla arquitectónica considerándola un símbolo de fuerza y esperanza para sus ciudadanos.
¿Por qué no invertir esos recursos en armas y estrategias bélicas? Hay tantos aspectos que se nos ha olvidado rescatar de aquella civilización. Entre ellas está el orden de sus prioridades, producto de su infinita búsqueda de la sabiduría. Mas vale una población esperanzada que una masa violenta y frustrada.
Puede que hayan caído, pero por alguna razón me encuentro hoy aquí escribiendo sobre ellos, ¿no?
Soy Rodrigo Jesús, y es siempre un placer.
Dios les bendiga.
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